Festividades

Dentro de sus atractivos arqueológicos, naturales y culturales se encuentran sus tradiciones, y en estas fechas, la celebración del Día de la Cruz es motivo de regocijo para sus habitantes y las personas que asisten a este lugar.

La tradición del día de la Cruz tiene su origen en la época colonial a partir de la formación de los gremios de constructores y según viejas crónicas fue impulsada por Fray Pedro de Gante. Posteriormente fue suprimida del calendario por el papa Juan XXIII, sin embargo los trabajadores de la construcción de México, siguieron manteniendo viva dicha tradición. Para ello colocan una cruz adornada con flores en el lugar donde están construyendo y participan de la fiesta los trabajadores de la obra.

En El Pital esta tradición era celebrada desde que existía la antigua hacienda a cargo de Don Antonio Pérez Rivera a finales del siglo XIX y principios del XX, por lo que se incluyó en el calendario religioso de éste lugar. Posteriormente, el arquitecto Miguel Ángel Cortés la retoma y le da continuidad. Reinician otra nueva etapa Orlando Rodríguez Bordonave y Claudio García Benavides que actualmente siguen apoyando la realización de ésta.  La celebración continúa desde hace varias décadas en el Cerro de la Cruz, uno de los principales montículos arqueológicos de este lugar. También en algunas casas, la gente coloca en la entrada hermosas cruces adornadas de flores. La cruz simboliza la victoria de Cristo ante la muerte.

El acontecimiento es organizado por los pobladores de El Pital y Potrero Nuevo del municipio sanrafaelense. Este año, los nuevos padrinos encargados de esta honrosa e importante festividad son Karla Paola Magaña Sánchez y Heberto Bordonave Benavides.

La festividad consistió en una celebración eucarística al medio día generalmente al pié del Cerro de la Cruz, donde posteriormente, subirán a poner la cruz adornada a la cima de la gran pirámide. Al finalizar la celebración, se reparte a la gente comida y bebidas para celebrar y compartir el evento religioso que dura toda la tarde con música y alegría mientras el sol se oculta en la parte posterior de la pirámide, dando sombra a los asistentes.

Esta tradición es parte de los nuevos atractivos de El Pital, un lugar de fácil acceso de gente hospitalaria, alegre y trabajadora que hace de la visita un lugar agradable. La población tiene en claro que preservar sus costumbres, valorar su riqueza natural, arqueológica, así como sus tradiciones, asegurarán su permanencia en la historia del municipio sanrafaelense.